Cómo reducir el riesgo de accidentes de tráfico con ciclistas
El número de ciclistas en España crece día a día y con él el número de accidentes de tráfico relacionados con estos usuarios de la vía. Ya sea por desplazamientos en vía urbana o por puro ocio, lo cierto es que el número de ciclistas españoles ya ronda los 4 millones.
Las principales razones que este incremento tienen tras de sí son las evidentes: Ocupa menos que un vehículo, hace menos ruido, es más económico, es más fácil de aparcar y permite circular en situaciones de atasco con facilidad. Sin embargo, todas estas ventajas vienen acompañadas de una gran vulnerabilidad, y es que los ciclistas son a veces difíciles de ver para camiones, furgonetas e incluso vehículos de mayor o menor tamaño.
Si a esta vulnerabilidad lógica sumamos el hecho de que un elevado porcentaje de ciclistas no toma las medidas de prevención suficientes (y en muchos casos obligatorias) resulta un caldo de cultivo ideal para que se sucedan los accidentes de tráfico anteriormente mencionados.
Uno de los mayores peligros de circular en bicicleta se da en las horas nocturnas o de poca visibilidad, ya que según varios estudios en torno al 30% de los ciclistas no es consciente del peligro real que existe en estas circunstancias, siendo tan solo 4 de cada 10 ciclistas los que reconocen tomar medidas preventivas en forma de elementos reflectantes.
No se trata de ver, sino de que te vean
Evitar accidentes de tráfico con ciclistas depende de las dos partes. Por el lado del conductor de un vehículo está el respetar la circulación de estos usuarios y extremar la precaución cuando se acercan, recordando siempre que son el tipo de usuarios más vulnerables de cuantos pueden cruzarse en carretera.
En la circulación todos tenemos derechos y obligaciones. Si todos respetamos las normas se salvarán muchas vidas.#DGTpedalea🚴♀️ pic.twitter.com/xBiZLtdk6z
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) 23 de julio de 2017
Del lado del ciclista, la mejor manera de prevenir accidentes es cumplir el Reglamento General de Circulación, donde se establecen algunos puntos como obligatorios y que son el uso de material reflectante cuando se circula de noche, el uso de luces de posición en la bici cuando se circula por vías interurbanas, o el uso de catadióptricos de color amarillo en los radios de las ruedas o los pedales.
No cumplir estas medidas de seguridad por parte de los ciclistas supone recibir una multa de 200 euros.
Las curvas, el mayor enemigo
De todos los momentos en los que un ciclista puede sufrir un accidente, el más crítico se encuentra en las curvas, ya que la falta de visibilidad puede jugar una mala pasada tanto a conductores como a ciclistas. Un factor que se ve incrementado especialmente cuando alguno de los dos protagonistas no intuye la presencia del otro cogiendo la situación por sorpresa.
Para reducir el riesgo de accidente en estas situaciones igualmente se pueden tomar medidas por parte de todos:
- Por parte de los conductores de vehículos hay que estar siempre preparados para la aparición de un ciclista en una curva de poca visibilidad. El factor sorpresa aumenta el riesgo de accidente así como la inestabilidad del propio vehículo por los movimientos bruscos que se puedan tomar. Recordar también que en todo momento debe haber un mínimo de 1,5 metros entre el coche y la bicicleta en caso de adelantamiento.
- Por parte de los ciclistas, una vez más el mejor recurso sigue siendo el hacerse ver. Aparte de los elementos anteriormente mencionados nunca está de más equipar a la bicicleta con una bocina o timbre, nuevas tecnologías led que aumenten la visibilidad o incluso linternas de cabeza que puedan equiparse en el casco.
La seguridad en la carretera es cosa de todos y, aunque suene a tópico, reducir el número de accidentes de tráfico en nuestras vías, también.