Cómo mantener a punto los frenos de tu coche
La mejor manera de prevenir un accidente con tu vehículo es, sin lugar a dudas, mantener el mismo en perfecto estado de mantenimiento y revisar el mayor número de aspectos de manera habitual. Por ello, desde ITECO queremos ir ofreciéndoos en nuestro blog diferentes consejos sobre conducción, mantenimiento y prevención en general.
Los frenos, un componente fundamental
Como se puede deducir, el sistema de frenado de un vehículo es un punto fundamental para mantener la seguridad del mismo. Del perfecto estado de conservación de los frenos depende de manera directa, aunque no exclusiva, la distancia de frenado.
Aunque al hablar de frenos pensamos de manera subconsciente en discos de frenado y pastillas, existen otros componentes que juegan su papel en el sistema de frenado y no por ello son menos importantes.
A continuación, vamos a repasar los principales componentes que debes revisar de manera periódica para la seguridad de todos los ocupantes del vehículo.
Discos de frenado
Los coches de hoy día poseen un sistema de frenado a base de discos de frenado. Este sistema consiste, a grosso modo, en unos discos incorporados en cada rueda mediante los cuales se reduce la velocidad al ser frotados por unas pastillas.
Estos discos están preparados de tal manera que son capaces de soportar altísimas temperaturas, provocadas por la fricción con las pastillas. Su material suele ser una aleación de acero y hierro colado.
Los discos de freno deben ser sustituidos cada 60.000 kilómetros aproximadamente. Aunque como todo en la mecánica automovilística dependerá de la conducción que soporten. De todos modos, el fabricante de cada disco suele indicar la cantidad de kilómetros de una manera más específica.
Es posible que un mecánico nos pueda recomendar un cambio de discos antes de llegar a esta cifra de kilómetros. Es muy habitual que si apuramos mucho el cambio de pastillas, estas llegan a rallar los discos precipitando su obsolescencia.
Pastillas de freno
Las pastillas de freno son el otro gran componente que entra en juego en los sistemas de frenado por discos de freno. A medida que se van usando el desgaste va generando que pierdan eficacia en el frenado, por lo que es un elemento indispensable a la hora de mantener una frenada segura.
A la hora de cambiar las pastillas de freno, hay que tener en cuenta su ubicación:
- Pastillas de los frenos delanteros: Estas pastillas son las que más desgaste sufren, ya que soportan la mayor parte del frenado del vehículo. Su cambio está recomendado entre los 30.000 y los 45.000 kilómetros. Horquilla que dependerá de factores como el tipo de conducción, fabricante… etc.
- Pastillas de los frenos traseros: Al soportar en menor grado la frenada, estas pastillas poseen una mayor durabilidad, estando recomendada su sustitución en torno a los 60.000 kilómetros.
En casi la totalidad de vehículos actuales el cambio de pastillas de freno es alertado por el propio vehículo gracias a un sistema mediante el cual el vehículo detecta que el grosor de las pastillas no es el óptimo y avise de su situación.
Si por el contrario tu vehículo no dispone de estos testigos luminosos, el estado en que se encuentran las pastillas de freno se puede averiguar gracias al líquido de freno. Este sistema no es tan exacto pero funciona debido a que según se desgastan las pastillas baja el nivel de este líquido. Esta bajada del líquido de frenos puede deberse también a otros factores, por ello no es tan fiable como los testigos luminosos.
En otra ocasión hablaremos de los otros elementos que forman parte del sistema de frenado de un vehículo y que también requieren nuestra atención.