Accidentes en rotondas: Nunca salgas por el carril interior
Pocas cosas hay tan comunes como encontrar un accidente de tráfico en una rotonda o glorieta. A pesar de la claridad de la norma para el uso de rotondas, estos temidos elementos de nuestras vías públicas siguen siendo uno de los mayores puntos negros a la hora de afrontar la reconstrucción de un accidente de tráfico. Esta norma nos dice que siempre hay que salir por el carril exterior.
¿Nunca se puede salir por el carril interior?
La respuesta corta a esta pregunta que muchos se hacen es no, jamás.
Por su parte, podríamos encontrar una respuesta larga en la que encontraríamos casos como las glorietas partidas o las turbo rotondas en los que la respuesta podría ser sí. Sin embargo, estos casos son muy puntuales y bastante aislados.
Según se puede leer en el artículo 75b del Reglamento General de Circulación:
“No deberá abandonarse la glorieta desde los carriles interiores de la misma, salvo que la señalización mediante flechas de selección de carril, estando estos delimitados, así lo permitiese”.
Por otra parte, este mismo artículo es tajante ante la pregunta de quién tendría preferencia para salir de la rotonda:
“Dado que para efectuar la salida hay que efectuar un cambio de dirección hacia la derecha, con la anticipación suficiente el conductor deberá estar situado en el carril derecho de la glorieta”
Es decir, tienen preferencia los vehículos que se sitúan en el carril exterior de la rotonda frente a los que están colocados en el carril interior. Los vehículos del carril interior deberían seguir girando y jamás detenerse en la rotonda en caso de no poder salir de la glorieta.
¿En qué casos sí se puede salir por el carril interior de una rotonda?
La DGT indica claramente que no se puede salir desde el carril interior, pero existen situaciones especiales donde las circunstancias pueden hacer que esto cambie, como son las glorietas donde esté convenientemente señalizada y encauzada la salida mediante marcas viales. En estos casos, la salida puede efectuarse por el carril interior. Eso sí, hace especial hincapié en que aún en estos casos, si el carril exterior está libre, sería el carril obligatorio para efectuar la salida.
Los casos en los que esto suele suceder son las rotondas partidas, que disponen de dos tramos habitualmente opuestos que se conectan a través de una isleta central, de forma que el tráfico pasa de un lado a otro sin rodearla por completo.
Por otra parte, en las llamadas turbo rotondas, donde parte del carril exterior es una zona reservada para determinadas salidas.